Porque muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, su conciencia dando testimonio, y sus pensamientos acusándolos unas veces y otras defendiéndolos.  Romanos 2:15 (NBLA)

Hoy queremos reflexionar sobre una verdad poderosa: la Ley de Dios está escrita en el corazón de cada ser humano. Como decía Juan Calvino, Dios nos dio una conciencia natural del bien y del mal. Esa ley interna es la base para vivir con respeto, orden y verdad.

Creemos que fuimos creados a imagen de Dios, con una dignidad que nadie nos puede quitar. En un mundo donde a veces se nos juzga por nuestra etnicidad, situación económica o creencias religiosas o políticas, esta verdad es un ancla firme. La verdadera libertad —según Calvino y la enseñanza bíblica— se encuentra en los Diez Mandamientos: la primera tabla de la ley nos enseña a amar a Dios, y la segunda tabla a vivir bien con nuestro prójimo.

Esa ley moral, grabada en el corazón humano, nos recuerda que todos somos responsables de nuestras decisiones. Como pueblo hispano, creemos que también somos receptores de esta gracia. Qué increíble es saber que Dios mismo se hizo hombre para traernos salvación. ¡Eso nos llena de gratitud y nos impulsa a compartir su Reino con esperanza!

Muchos hispanos en los Estados Unidos han llegado buscando libertad, y otros han estado aquí por generaciones. A todos queremos decirles: la verdadera libertad se encuentra en Jesús. Como dice el Evangelio de Juan, Él es la luz verdadera que alumbra a todo hombre.

Por eso, a todos los Hispanos les digo: en la Ley de Dios están las bases para defender la libertad de conciencia, la fe, la movilidad, y el valor sagrado de cada vida humana. Vivamos con dignidad, seamos testigos de esperanza, y recordemos que nuestra historia está llena de hombres y mujeres que lucharon por la libertad.

Como decía Calvino: “¡Qué gran bendición es la libertad cuando viene de Dios!” Que ese sea el mensaje que llevemos con orgullo a nuestra comunidad.